23/12/2015

BREVE APUNTE A PARTIR DE "AJENO A LA MODERNIDAD: LA RACIONALIZACIÓN DE LA DISCRIMINACIÓN", ARTÍCULO DE JEAN FRANCO por Marcos Arcaya Pizarro

 




Jean Franco revisita la memoria histórica que se ha configurado en América Latina a partir de distintas masacres. Años después de ocurridas, son consideradas atroces al mismo tiempo que se niega o se omite el racismo y su funcionamiento en esos asesinatos. En los conflictos armados, como el de los años 1980 a 1990 de la guerra civil peruana, el componente racial iguala enemigos políticos y bajo pueblo -en particular a los indígenas-, lo cual deshumaniza a las víctimas, facilitando la labor de exterminio. Asimismo, el sentido común de los centros de poder político y económico brilla en la separación que ejecuta entre lo que estima la nación moderna y la premodernidad de las comunidades o grupos sociales objeto de violencia.

El artículo recuerda la tradición inscrita en el par civilización y barbarie desde el nacimiento de las naciones-estado del "Nuevo Mundo". En esta línea retrotrae la mecánica de la violencia -mecánica del enemigo que asedia a lo humano auténtico- a la invasión española del continente. La persecusión de entonces de los judios y los musulmanes, por cuanto supuestas aberraciones en contra de la fe católica, transmuta en la aberración contra la autoridad del Estado. La subyugación de los indígenas (incluyendo la usurpación de tierras, su exterminio o la separación de las poblaciones indígenas con respecto del resto de la población) serían parte de los fundamentos del "nacionalismo económico y cultural moderno" (p.20). Se abre con frecuencia desde entonces la pérdida de las características culturales propias como seña de ingreso en la modernidad, no obstante, al mismo tiempo, en aquel sentido común se asume que lo indígena, sin importar qué transformaciones, en alguna medida permanece en sus rasgos de primitivismo (p.ej., una supuesta inclinación a la violencia).

Entre los ejemplos que brinda Jean Franco sobre la racionalización del racismo se encuentra el de la llamada Comisión Vargas Llosa. Se destaca una actuación irregular de dicha agrupación y el prejuicio que vela la realidad presentada ante ella y ante el propio Vargas Llosa. Sirve también el ejemplo de las reflexiones de Vargas Llosa en torno a la figura y la obra de José María Arguedas; según Jean Franco, la crítica de Vargas Llosa a Arguedas conlleva una posición que, dicho brevemente, desprecia aquello que estima (un lastre) contrario a la modernización capitalista del país. Esta posición confiere un valor ahistórico a la existencia indígena, la encapsula en lo irracional y sirve (siempre según la lectura de Juan Franco de los escritos de Vargas LLosa) como buena muestra de la inoperancia de ciertos principios socialistas que parecen encontrarse en lo índigena. Vargas Llosa sellaría la historia del Perú y desemboca en el fin de la historia que se lee en su optimismo frente a la urbanización (léase asimilación si no desaparición) de lo antes indígena, cholo, negro, mulato y asiático.  

El fin de la historia en términos de Vargas Llosa tendrá su rotunda contestación en el resurgimiento de movimientos sociales que hacen suyo el valor de la historia cultural  -incluyendo el de sus dimensiones indígenas-, profundamente activa en el presente y que se sirve de posibilidades que la misma modernidad (a la que supuestamente son ajenos) permite, tales como recursos tecnológicos y herramientas políticas. En estas últimas se incluyen, por ejemplo, cambios significativos desde el gobierno de Toledo en lo tocante a la multiculturalidad, aunque todavía persista el racismo enquistado en América Latina en general y en la sociedad peruana en particular.   

 

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA: 

Franco, Jean. "Ajeno a la Modernidad: la racionalización de la discriminación", en Cuadernos de Literatura, nº 38, Vol. XIX, julio-diciembre de 2015, págs. 17-33.