25/07/2014

Sobre una charla ofrecida por Luis Granell a propósito de su novela Desfilaron por Hitler, por Marcos Arcaya Pizarrop

Marcos Arcaya Pizarro, Luis Granell[5]


Ayer fui a una charla que daba Luis Granell (Zaragoza, España, 1948-), autor de la novela Desfilaron por Hitler (Ed. Comuniter, 2013). Resultó ser una charla de lo más estimulante.

La novela narra las experiencias de dos adolescentes que se unen al ejército Alemán, por convicción, en la época en que la derrota de Hitler estaba ya en el horizonte.

Destaco que pese a la posición antifranquista de Granell y pese a que hoy por hoy mantiene una participación activa en grupos de interés social, su posición frente a la novela, contrariamente a lo que yo esperaba, estaba lejos de lo moralizante. Por cierto, no he tenido acceso a la novela sobre todo por el costo que implicaría pedirla desde aquí; el cambio de moneda resulta muy desfavorable.

La charla, entre otros temas-eje, giró en torno a la cocinería del relato. Asunto por lo menos curioso, puesto que la novela se prestaba para hablar únicamente en términos históricos o sociológicos, de hecho, como se pudo entender por las preguntas y comentarios que suscitó, parte de los asistentes entendió la novela única y exclusivamente en términos de un registro histórico o retrato que sirve para someter a juicio una situación determinada y esclarecer la culpabilidad o inocencia de los actores.

Luis Granell, entre otras puntos, compartió cómo fue armando el relato, cómo fue cambiando la narración sin manejar del todo esos cambios, qué otros relatos de distinto tipo tenía en mente como modelo o material, etc. Recuerdo que me llamó la atención cómo el proceso de documentación y escritura fue transformando la posición misma del autor frente a distintos hechos históricos.

Entre otros aspectos, mencionó que le tomó quince años terminar la novela, según él, debido a su inexperiencia como escritor de narrativa literaria, en parte debido a las ocupaciones que desenfocaban su trabajo en la novela, y en parte porque muchas veces viajó a lugares y conoció testigos que resultaban importantes para Desfilaron por Hitler.

Aparte, la amabilidad de Luis Granell es tremenda. Luego de la charla se dio el tiempo de conversar conmigo largo y tendido. No olvidaré mencionar que trabaja en un libro de corte periodístico sobre el pueblo saharaui y la realidad de quienes se encuentran exiliados en Tinduf. Esta vez, eso sí, según él destacó, tomando una posición clara a favor de los saharaui.

Queda abierta la invitación a conseguir la novela y leerla, a ver qué resultado ofrece Granell en el cruce entre un largo recorrido, técnica, temas, posiciones e intereses.

Desfilaron por Hiller_thumb[11]

Portada del libro.

Esta es la reseña que se lee en la página de la editorial:

Agosto de 1944. Los combates de la bolsa de Falaise que van a poner punto final a la batalla de Normandía están a punto de terminar. En una granja resisten algunos alemanes; una vez conquistada, un soldado británico que ha participado en el asalto descubre que el enemigo al que acaba de matar es casi un niño. Conmocionado, decide averiguar todo lo que pueda sobre él. Sirviéndose de los documentos y car- tas que el muerto llevaba encima, de las declaraciones de un prisionero que había sido su compañero y, terminada la guerra, del testimonio de su madre y su abuelo, va descubriendo la trayectoria vital de uno de los jóvenes miembros de la División Hitlerjugend.

A mediados de 1943, tras la derrota del VI Ejército en Stalingrado y de la proclamación de la “guerra total” en Alemania, las Waffen SS crearon una división formada exclusivamente por voluntarios de la Juventud Hitleriana. Más de 20.000 muchachos de entre 17 y 20 años respondieron a la llamada. Menos de un año después tuvieron su bautismo de fuego en Normandía, tras el desembarco aliado. Su arrojo en la batalla asombró a los ejércitos que se les enfrentaron.

La primera parte de la novela se desarrolla durante la batalla de Normandía y sus prolegómenos. Los personajes permitirán al lector reconstruir la real trayectoria de la baby-division, como la llamaron los aliados. La segunda parte, dedicada a la infancia y adolescencia del protagonista, refleja la vida social y política de la Alemania de preguerra y de los primeros años de la contienda. El autor ha tratado de reconstruir el ambiente en el que vivieron aquellos muchachos que, tan jóvenes, se alistaron en la División Hitlerjugend cuando su país había empezado a perder la guerra.

Desfilaron por Hitler es una obra de ficción, no un tratado de historia ni un ensayo sobre la manipulación de la juventud. De la mano de sus protagonistas, el lector se acercará a los hechos libre para interpretarlos como quiera, o incluso para no hacerlo.